Los actos sucedieron el ocho de abril del 2006, cuando este militar, junto con otros compañeros, se encontraban prestando servicio en la zona. No obstante, a pesar de lo que dicen los reportes oficiales entregados por los uniformados, las investigaciones revelaron que en ningún momento hubo intercambio de disparos.
“La investigación, realizada en atención a los parámetros de la Ley 600 de 2000, demostró que el soldado, en compañía de otros militares, disparó y le causó la muerte a dos campesinos, que posteriormente fueron presentados como alias El Flaco y alias El Loco, dos señalados integrantes de una estructura criminal”, aclaró la entidad.
La investigación de la Fiscalía reveló que las víctimas habrían sido raptadas en un mercado en la capital del Nariño y, luego, habrían sido trasladadas a la vereda Cruz de Amarillo, en donde, finalmente, fueron asesinadas.
El reporte del ente acusador también asegura que, después de cometer el asesinato, el condenado y sus compañeros colocaron armas alrededor de los cuerpos de los campesinos para poder, posteriormente, reportarlos como muertos en combate.
La condena fue emitida por un juez penal de conocimiento que trabaja desde Mocoa, capital del departamento de Putumayo. Además, fue este mismo quien dio la orden de captura con la que la fiscalía logró encontrar al ex militar.
Esta captura sucede poco tiempo después de que varios oficiales militares aceptaran la existencia de los falsos positivos y pidieran perdón a las víctimas en un acto donde estuvo presente el presidente Gustavo Petro, quien, entre otras cosas, se encargó de pedir disculpas por parte del estado.
Por su parte, la Fiscalía presentó este caso como una ejemplar condena, haciendo referencia a su trabajo de investigación que derivó en la captura de este hombre que, hace 20 años, portaba el uniforme del Ejército Nacional.