El impacto de estas importaciones no solo afecta a la empresa directamente, sino que pone en riesgo los ingresos de 21,000 personas que dependen de las operaciones de PazdelRío, incluyendo empleados directos, contratistas, pensionados y familias vinculadas a los encadenamientos productivos. “Estamos denunciando la agudización de la competencia desleal y alertando sobre el impacto grave que esta situación puede tener en el empleo”, afirmó Galán.

En noviembre del año pasado, PazdelRío solicitó al gobierno la implementación de medidas de salvaguardia para ciertas referencias de acero provenientes de países sin TLC. Hasta la fecha, no se ha tomado ninguna decisión al respecto. La empresa sostiene que sin estas medidas de defensa comercial, la estabilidad de los empleos y los ingresos de miles de personas están en juego.

La situación en Colombia refleja lo sucedido en otros países como Chile y Brasil, donde las importaciones masivas de acero han afectado seriamente el empleo local. Galán instó a Colombia a seguir el ejemplo de Estados Unidos y México, que recientemente anunciaron la imposición de un arancel del 25% a las importaciones de acero chino y ruso.

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