El presidente Gustavo Petro ha firmado una resolución que formaliza la designación de cuatro disidentes de las FARC como gestores de paz. Esta decisión marca un paso controvertido en el proceso de paz, pues estos individuos, capturados en julio por el uso irregular de esquemas de seguridad de la Unidad Nacional de Protección (UNP), ahora tendrán un rol crucial en la reconciliación del país.

Los cuatro designados son Edgar de Jesús Orrego Arango, alias ‘Leo’ o ‘Firu’, Diego Armando Vargas Betancourt, conocido como ‘Boyaco’, Yenser Yosony Duque, alias ‘Oliver González’, y María Alejandra Ojedo. Orrego Arango es el cabecilla de la Estructura 36 y está señalado de ser el responsable del ataque en Valdivia que resultó en la muerte de seis soldados. Vargas Betancourt y Duque son líderes destacados de las disidencias de las FARC, mientras que el rol específico de Ojedo dentro de las disidencias aún no está claramente definido.

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La resolución, que establece una designación de seis meses, tiene como objetivo que estos individuos utilicen su experiencia para estructurar el proceso de paz con el Estado Mayor Central de las FARC-EP. El gobierno espera que contribuyan a promover acuerdos y acciones humanitarias en todo el territorio nacional.

Como parte de su compromiso, los nuevos gestores de paz deberán firmar un acta ante el Alto Comisionado para la Paz, donde se comprometerán a asistir a diligencias judiciales cuando sean requeridos, construir un plan de trabajo y rendir informes mensuales sobre sus actividades a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Además, el Gobierno solicitará la suspensión de las medidas penales judiciales correspondientes a estos individuos mientras dure su designación.

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Esta medida ha suscitado un debate en la opinión pública y entre los expertos en política y seguridad, dada la historia y los antecedentes de los designados. La resolución subraya el enfoque del gobierno en la inclusión de actores del conflicto en el proceso de paz, a pesar de las controversias que esto pueda generar.

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