No está bien que el Presidente de los colombianos use expresiones que atenten contra los derechos y la dignidad de nadie. La expresión “muñecas de la mafia“ es insultante, háyase dicho con intención efectista o haya sido el producto de la improvisación, con una tremenda carga emocional contra el periodismo, el cual el presidente Gustavo Petro considera pagado para hacerle daño a su gobierno y para defender los intereses que han sido removidos por la izquierda, después de toda una vida republicana con el poder a la derecha.

Entonces, no hay justificación.

Sin embargo, es la oportunidad para que los periodistas y los políticos que hoy se rasgan las vestiduras, hagan su propio acto de contrición y, dejando a un lado el cinismo y la hipocresía, morigeren sus propias expresiones misóginas, machistas, discriminatorias, racistas e, incluso, calumniadoras e injuriosas.

Al Presidente y a todos los que están del lado centro – izquierdo y a la Oposición y a todos los que están del lado centro – derecho no se les puede olvidar que somos todos colombianos, ungidos con los principios del respeto de la dignidad humana, la solidaridad y el interés general y con derechos a la honra, la igualdad, la integridad personal, la intimidad, a no ser discriminado y al honor.

El respeto y la defensa de esos principios y valores nos garantizan que no terminemos ahogándonos todos en la sangre que está brotando de esta barbarie.

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