En el documento, publicado tras la tercera sesión de la “Mesa para la co-construcción de paz territorial en Nariño”, las partes también anunciaron que instalarán la “primera zona territorial de concentración” antes de que termine el año, lugar en el que estará el 30 % de los integrantes de ese grupo armado, del que poco o nada se sabe.
El diálogo de la discordia
El Gobierno empezó acercamientos con esta supuesta escisión del ELN -que esa guerrilla dice que realmente son infiltrados del Ejecutivo para debilitarlos- a principios de año, lo que provocó el enfado de ese grupo armado y es una de las razones por la que la mesa de negociaciones nacional está paralizada y el cese al fuego, que finalizó el pasado 3 de agosto, no se haya renovado.
El ELN asegura que el jefe de los Comuneros, Gabriel Yepes Mejía, conocido como ‘HH’ o ‘Samuel’, es realmente un infiltrado de la inteligencia militar para crear la imagen de que la guerrilla está dividida, y considera una deslealtad que el Gobierno les pase por encima para negociar con un frente que hizo parte de ese grupo.
La propia delegación del Gobierno en los diálogos con el ELN, dirigida por Vera Grabe, pidió a Petro en una carta que les aclarara con quién se negocia.