En el lado panameño, “migrantes y refugiados también se enfrentan a delitos y violencia generalizada”, con frecuentes robos, extorsiones, ataques, secuestros y asesinatos.

“Colombia necesita reforzar allí la presencia del Estado, mientras que las autoridades estatales de Panamá deberían colaborar con los gobiernos provinciales, municipales y locales y con los líderes comunitarios para mejorar la rendición de cuentas y evitar que se repitan los delitos en la selva”, dijo Madi.

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