Los diputados de la nueva legislatura tenían previsto elegir al mediodía (18:00 GMT) al nuevo presidente del Congreso, pero al filo de las 15:00 hora local (21:00 GMT), el Congreso saliente ni siquiera había certificado a los 160 nuevos integrantes del Parlamento, lo que ha hecho que la investidura del presidente aún esté en vilo.
La juramentación del nuevo Congreso guatemalteco para el periodo 2024-2028 debe llevarse a cabo como requisito previo a la investidura del presidente electo, Bernardo Arévalo de León, ceremonia que está prevista que se celebre en el Teatro Nacional ante una decena de jefes de Estado asistentes a la capital guatemalteca.
Esta circunstancia hizo circular los temores de un eventual “golpe de Estado”, como ha venido denunciando el propio presidente electo, al acusar a la jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras, y “otros actores corruptos” de obstaculizar e impedir su investidura.
Petro hizo el sábado un llamado a todos los presidentes a acudir a la ceremonia de Arévalo de León para apoyarlo ante los intentos de la Fiscalía y de otros entes para impedir que jure como nuevo presidente, después de conseguir la mayoría en las últimas elecciones.
El apoyo de Colombia
“La Fiscalía, como en Perú, como en Colombia, ha tenido una actitud adversa a la presidencia e incluso ha intentado poner presa a la vicepresidente elegida por el pueblo”, explicó Petro.
Además, el presidente colombiano también denunció que las autoridades guatemaltecas no han dejado aún ingresar al país a su ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien fungió, por mandato de la ONU, como jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
La tensión de esta jornada ha sido la tónica general de un proceso electoral y de transición marcado por los intentos desde julio pasado del Ministerio Público (Fiscalía) de ilegalizar al partido Movimiento Semilla -principal apoyo al presidente electo- y de evitar que Arévalo de León tome posesión este 14 de enero.