El mandatario colombiano enfatizó una de las frases de ‘La vorágine’ con un ejemplar en mano: “Antes de que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la violencia”, en la que basó gran parte de su discurso ya que, en sus palabras, “el corazón de Colombia se ha llenado de odio y de violencia”.

También la naturaleza y la destrucción de la Amazonía marcaron su discurso porque “otra vez se está depredando la selva amazónica, ya no es el caucho (como en ‘La vorágine’) son otras razones, pero se está acabando con la vida”, algo que a su vez relacionó con la escasez de agua y la sequía que atraviesa Bogotá, que ha llevado a medidas de racionamiento en la capital.

“Estaba escrito hace un siglo y no lo entendimos, no entendimos la palabra escrita”, dijo.

La palabra hablada y escrita

El jefe de Estado colombiano aprovechó el espacio para recordar al creador de la Feria del Libro de Bogotá, que según dijo fue el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en 1948: “paradójicamente el genio de la palabra hablada le dio espacio a la palabra escrita (…) que terminó al poco tiempo en la palabra enmudecida a la fuerza”.

“Y eso es la historia de Colombia; una palabra rebelde, que se deshace de lo mudo, que se habla rebelde, que se escribe rebelde y que también termina enmudecida a la fuerza”, agregó Petro, para quien “no puede haber revolución sin creación, que en el fondo es el arte”.

Y, como ‘La vorágine’, “las obras de arte no envejecen (…) el arte permanece”, concluyó Petro.

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