El panorama de los subsidios en Colombia está experimentando importantes transformaciones que afectarán a millones de familias en el país en 2025.

El programa de subsidios Renta Ciudadana, uno de los más destacados en la lucha contra la pobreza, sufrirá ajustes significativos, mientras que el programa Colombia Sin Hambre, que beneficiaba a las familias más vulnerables, llegará a su fin.

Así lo confirmó el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, generando un debate sobre las implicaciones de estas decisiones para los colombianos más necesitados.

Recorte presupuestal y el fin de Colombia sin hambre

Una de las principales novedades para 2025 es la desaparición del programa Colombia Sin Hambre. Este subsidio, dirigido a las familias en situación de pobreza extrema e inseguridad alimentaria, proporcionaba pagos mensuales de entre 200.000 y 500.000 pesos a aproximadamente 2,4 millones de hogares en todo el país.

Sin embargo, un recorte de 1,7 billones de pesos al presupuesto de Prosperidad Social ha generado retrasos en los pagos de este subsidio durante los últimos meses de 2024, y se ha confirmado que este desaparecerá por completo en el próximo año.

Gustavo Bolívar, director de la entidad encargada de los subsidios, explicó en sus declaraciones que la eliminación de Colombia Sin Hambre no es producto de una mala administración, sino de una falta de recursos. “Si no estamos pagando hoy Colombia Sin Hambre, no es porque Gustavo Bolívar se haya robado la plata, ni la haya malgastado. Sencillamente no la tengo, yo no hago plata, dependo de lo que me gira el Ministerio de Hacienda y esa plata no se giró”, expresó Bolívar en su cuenta de X (antes Twitter).

Esta situación refleja los desafíos que enfrenta el gobierno para financiar programas sociales ante la escasez de recursos fiscales.

La continuidad de otros subsidios

Aunque Colombia Sin Hambre será suspendido en 2025, no todos los programas de subsidios desaparecerán. Según las declaraciones de Gustavo Bolívar, Colombia Mayor y la Devolución del IVA seguirán siendo parte de la estrategia de ayuda del gobierno. Estos programas son clave para apoyar a sectores vulnerables como los adultos mayores y las familias de bajos recursos.

Uno de los programas que más atención ha recibido es la Renta Ciudadana, que sufrirá modificaciones significativas. Esta ayuda, que busca mejorar la calidad de vida de las familias más empobrecidas, mantendrá su estructura pero incluirá cambios que podrían afectar tanto la cobertura como la cuantía de los pagos. Es importante destacar que uno de los cambios más relevantes será la implementación de la línea de Valoración de Cuidado, un enfoque dirigido a reconocer y apoyar el trabajo de cuidado no remunerado, mayormente desempeñado por mujeres en los hogares.

La eliminación de Colombia Sin Hambre y la reforma de la Renta Ciudadana se presentan como un reto para el gobierno y para las familias que dependen de estos subsidios. El impacto en la vida de millones de colombianos será significativo, ya que muchos de ellos dependen de estas ayudas para cubrir necesidades básicas como la alimentación y el cuidado de sus hijos o personas mayores.

Por otro lado, el desafío fiscal que enfrenta Colombia está impulsando cambios hacia una mejor focalización de los subsidios y una gestión más eficiente de los recursos públicos. Esto puede ser una oportunidad para redirigir los fondos disponibles hacia los programas más efectivos, garantizando que la ayuda llegue a quienes realmente la necesitan. Sin embargo, esto también conlleva riesgos, especialmente si los nuevos criterios de selección y los montos asignados no son suficientes para aliviar la pobreza de manera efectiva.

Un 2025 lleno de incertidumbre

El próximo año será clave para el sistema de subsidios en Colombia, y la forma en que el gobierno maneje estos cambios será crucial para la estabilidad social del país. Con un panorama fiscal complicado, los ajustes en programas como Colombia Sin Hambre y Renta Ciudadana generarán expectativas y preocupaciones tanto en la sociedad como en los expertos en políticas públicas.

Aunque el gobierno tiene la intención de seguir apoyando a los más necesitados a través de otros subsidios, el 2025 podría marcar un punto de inflexión en la lucha contra la pobreza en Colombia, donde el reto no solo será mejorar la focalización de los subsidios, sino también garantizar que la ayuda llegue a los que más la necesitan sin poner en peligro la estabilidad económica del país.

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