La decisión del presidente Gustavo Petro Urrego de designar como Ministro del Interior a Armando Benedetti, puso al País polarizado a atacar y a defender la decisión y, más grave aún, puso a varios de los mismos aliados del Gobierno en contra de la determinación. Sin embargo, “contra viento y marea”, el presidente Petro hizo caso omiso a la contrariedad ocasionada por su decisión.
Luis Fernando Ledesma, politólogo especializado de la Universidad de Antioquia, asegura que las decisiones del presidente Petro son calculadas políticamente. Tanto la de Benedetti como la de su Consejo de Ministros televisado en directo, son decisiones que responden a su narrativa de “yo como gobernante, como Jefe del Estado, como Presidente de la República… yo tenía este Plan de Gobierno, lo había planificado, tenía estas líneas estratégicas, tenía estos indicadores, tenía estos planes de acción, pero ha habido un complot de la oposición y ha habido falta de ejecución de los ministros, del gobierno, no del Presidente”.
Sin embargo, ¿sí fue leído por la gente ese discurso calculado? Porque, en contraposición y con mayor resonancia, los medios de comunicación, que son abiertamente contrarios al Gobierno, hicieron del Consejo de Ministros un escándalo por haber violado, supuestamente, la Constitución y la Ley y por haber permitido que las intimidades del Gobierno fueran expuestas sin filtro alguno.
Luis Fernando Ledesma manifiesta al respecto que la ciudadanía, en los escenarios de la esfera pública y los medios alternativos, lo que ha manifestado es que “nunca habían tenido la oportunidad de asistir a un Consejo de Ministros” y que eso es la expresión de un gobierno abierto, diferente a los que se han hecho tradicionalmente a puerta cerrada para “tomar decisiones que favorecen intereses neo-corporativos o intereses de privados o de contratistas”. Ledesma cree que abrir el escenario a la esfera pública, en el que los temas de interés público llegan a la ciudadanía, incluso decisiones de hondo calado en el ámbito de seguridad, del comercio y de las relaciones internacionales, despierta la confianza popular en el Gobierno.
El manejo de la relación del Presidente con Armando Benedetti, incluso en el propio Consejo de Gobierno, donde fue motivo de manifestaciones críticas por parte de varios de los miembros del Gabinete, generó la creación y publicación de memes como el de “uno se acuesta y Benedetti es embajador, se levanta y es jefe de despacho del Presidente, se acuesta y pasa a Ministro del Interior, mañana, cuando nos levantemos sólo falta que sea primera dama”.
Luis Fernando Ledesma dice que este meme es la expresión de la ciudadanía, que tiene todo el derecho a manifestarse en los escenarios de la “esfera pública”, de la “opinión pública” o de la “opinión publicada”.
“No tanto es la opinión pública calificada, sino más bien opinión pública publicada, que es distinto. Pero estamos en una democracia, donde la gente tiene libertad de expresión, libertad de pensamiento, autodeterminación, autonomía y hace parte del debate político”, agrega.
El comentario de Ledesma sobre la “opinión pública calificada”, diferente a la “opinión pública publicada”, trae a colación a Humberto Eco cuando criticó en 2015 el impacto de las redes sociales en la difusión de la ignorancia. Dijo que antes, el “bobo del pueblo” hablaba solo en el bar, sin consecuencias. Pero ahora tiene la misma capacidad de expresarse que un Premio Nobel, lo que genera una especie de “invasión de los necios”.
VEA EL PROGRAMA COMPLETO AQUÍ:
Es, precisamente, la reflexión en torno a la “Tiranía de la Ignorancia”, que describe cómo la amplificación de voces sin filtro en redes sociales puede hacer que opiniones sin fundamento tengan el mismo peso que el conocimiento experto.
Pero, en últimas, “es el derecho que tiene la gente” a expresarse libremente, el cual se amplificó con la “democratización de la información”, de la mano de las redes sociales. Sin embargo, esa libertad, que es constitucional, conlleva el problema de no tener límites permitiendo a personas irresponsables decir lo que se le ocurra, llegando a los extremos de inventar, mentir, desinformar, injuriar y calumniar, colisionando con otros derechos, también constitucionales, como el del buen nombre y la honra.
Lo bueno, según Luis Fernando Ledesma, “es que ya empresas como META, que tiene a Facebook, Instagram y WhatsApp, lo mismo que la empresa china TikTok y otras redes sociales, ya vienen generando mecanismos para, incluso con Inteligencia artificial, determinar cuándo el mensaje es una Fake News, cuando es una información que carece de contenido objetivo. Además existe la posibilidad de denunciar que esa información es spam, que esa información es irrespetuosa, que falta a la verdad, que no es una fuente verificable”
Ahora, ¿estas regulaciones afectarían al presidente Gustavo Petro, quien parece que tomara decisiones en caliente a través de la red social “X”?
Luis Fernando Ledesma responde que se le haría un gran favor a él y al País, porque el mal manejo de la información por redes sociales puede generar una crisis que termine con la caída del gobierno.
“Así de complejas son las redes sociales: te pueden ayudar o también te pueden sacrificar. Petro lo dijo, cuando se manifestó acerca del problema con los migrantes colombianos que habían sido deportados de Estados Unidos, que el tweet que hizo alcanzó más de 15 millones de visualizaciones. Entonces dijo ´me ven mejor y me leen mejor por Twitter, que por Caracol o RCN, que se mantienen difamando y diciendo mentiras del gobierno”, recuerda.
Como Politólogo, Ledesma asegura que quien no tenga un plan de medios, quien no tenga una estrategia comunicacional y quien no incursione en las redes sociales, tiene un problema de comunicación política, porque es la manera de garantizar la percepción ciudadana sobre cómo va un gobierno y sobre las decisiones que toma el gobernante.
Sin embargo, las decisiones en torno a Benedetti se alejan de la esfera comunicativa del Presidente. Eso se lo deja a los memes y a los medios de comunicación que, pese a criticarlo, lo persiguen ansiosos por escucharlo, por saber qué está pensando, qué va a proponer.
Luis Fernando Ledesma dice que Benedetti hace parte de la estrategia, pero no la de poner a hablar a la oposición acerca de las implicaciones políticas que puede tener su designación como nuevo Ministro del Interior. La razón de fondo es que Armando Benedetti hizo parte de la estrategia de financiación de la campaña política con alrededor de 3,5 millones de dólares, o sea, 15.000 millones de pesos, que le ayudó a gestionar para la campaña y que, obviamente, no fueron reportados a cuentas claras.
Agrega que detrás de él hay un clan político, el de Euclides Torres, que fue quien le ayudó a financiar esos 15.000 millones de pesos. De ahí -dice Ledesma- lo que le expresó a Laura Sarabia: “Pues si nos caemos, nos caemos todos, si me toca salir a declarar”, en el escándalo inicial.
“Entonces la gente se pregunta: ´¿Por qué sostiene a Benedetti?´ Y es que lo que conoce Benedetti son implicaciones de hondo calado en temas de financiación, en temas políticos, en temas de contratación, de burocracia, de mermelada. Entonces Benedetti tiene mucho poder sobre Petro”, explica el Politólogo.
No obstante, Luis Fernando Ledesma habla también de la hipocresía de la clase política que hoy critica la presencia de Benedetti en el gobierno de Gustavo Petro, pues la vida política de Benedetti no empezó en el Progresismo.
Armando Benedetti empezó siendo concejal en Bogotá, muy cercano a Germán Vargas Lleras. Empezó con el Partido Liberal, después pasó a Cambio Radical. En el año 2002, cuando Álvaro Uribe llegó al poder, decidió lanzarse a la Cámara de Representantes y llegó. Después se lanzó al Senado. Estuvo 16 años como congresista Uribista. Ayudó a fundar el Partido de la U, de Álvaro Uribe. Apoyó la reelección de Álvaro Uribe. impulsó la segunda reelección de Uribe Vélez, que fue tumbada por la Corte Constitucional en 2010. Gobernó con Juan Manuel Santos en el período 2010 – 2014. Volvió a gobernar con Santos en el período 2014 – 2018. Después empezó a hacerle oposición a Iván Duque.
Precisa Ledesma que Armando Benedetti y Roy Barreras, hoy al extremo contrario, son de estirpe Uribista.
“Son camaleónicos. Les gusta estar cerca del Poder y son muy astutos políticamente para mirar quién va a ganar la próxima Presidencia. Y ahí están. Pero, indudablemente, la estirpe de Benedetti es 100% derecha, Uribista”, enfatiza e politólogo Ledesma.
Sin embargo, este hecho real sobre el origen de Benedetti y su trasegar por la derecha no deja de ser más que una anécdota, porque la oposición no se atreve a reconocer ese fruto de su cosecha. La razón está en Nicolás Maquiavelo -dice Ledesma- quien en su libro “El Príncipe” manifestó que en política, los odios son temporales, porque el ansia de poder es permanente.
“No se extrañen que Benedetti o Roy Barreras, en caso tal que la derecha llegara al poder en el 2026, volvieran a hacer Uribistas y los vuelven y lo reciben por más escándalo que haya, porque esa es la política: el que en política hoy es enemigo y contradictor político, pasado mañana puede ser aliado, y viceversa”, aclara.
Y más sobre Maquiavelo aplicable a plenitud hoy: “El fin justifica los medios”. Ya el Presidente calculó que estamos en época preelectoral. ¿Entonces qué hace? “Yo prefiero colocar a Benedetti como Ministro del Interior para que me maneje la agenda política, así lo saco de la agenda del despacho. Así quedo bien con las fuerzas de izquierda, que no lo querían tan cercano. En el manejo de la agenda política, me va a manejar la burocracia, me va a tratar de sacar adelante las reformas del Congreso, en esta nueva etapa legislativa, y me va a ayudar a hacer las alianzas para buscar seguir en el poder en el 2026”, dice Luis Fernando Ledesma que es el pensamiento de Gustavo Petro.
El Politólogo cree que Petro sí logrará el propósito que se ha propuesto con Benedetti, porque las ansias de poder de los partidos políticos es absoluto, aunque no lo demuestren públicamente.
Cuenta que el Ministerio del Deporte se lo dieron a los Conservadores. El Ministerio de Transporte también estuvo en manos de los Conservadores. Entonces, muchos Conservadores, del Centro Democrático, del Cambio Radical y de la U se muestran en Antioquia como antipetristas, pero van a Bogotá a buscar contratos, puestos y burocracia por debajo de la mesa. Y para eso está Benedetti. Porque lo dijo Efraín Cepeda, el presidente del Senado:,que Petro sabía de política y que por eso había colocado a Armando Benedetti.
Y sigue el Politólogo: Germán Blanco dice en Antioquia que no es petrista, pero tiene cuotas trabajando en el Ministerio de Transporte.
De ahí la queja de muchos petristas: porque la mayoría de los puestos de las direcciones regionales están en manos es de la oposición.
Ledesma dice que, precisamente, esa es la muestra de la capacidad de manejo político del presidente Petro: él sabe que con contratos, con burocracia, con proyectos, con nombramientos, puede lograr obtener los votos que necesita para la aprobación de sus reformas, en desarrollo del dicho maquiavélico que “el fin justifica los medios”.
Entonces, en conclusión, Gustavo Petro no es un loco del Twitter, de la cuenta X, que reacciona apasionadamente, ciegamente; tampoco es que quiera poner hablar a los otros; simplemente, es un tipo estratega.
Luis Fernando Ledesma asegura que su talante está en frases como la definición de locura que dio en el Consejo de Ministros: “Me gusta Armando Benedetti porque es loco y en su locura mueve la correlación de las fuerzas y en su locura genera consensos”.
Entonces, eso de loco es falso. Al contrario, es muy cuerdo. Y todas las decisiones políticas que toma son fríamente calculadas, desde la teoría de la elección racional, desde la teoría del utilitarismo y desde la estrategia política.