Heridas abiertas
Los periodistas se habían desplazado el 24 de abril de 1991 a Segovia, en el departamento de Antioquia, para investigar una masacre paramilitar que había ocurrido allí tres años antes y en la que más de cuarenta personas fueron asesinadas.
Sin embargo, una vez llegaron allá, los periodistas fueron asesinados por la guerrilla.
“¿Cuáles fueron las consecuencias de ese doble homicidio en Segovia? ¿Cómo medir la anchura de ese silencio? ¿Cómo suena su eco en ese gran cañón que nos dejó su ausencia?”, expresó Daniel Chaparro, hijo de uno de los periodistas, en declaraciones recogidas por la FLIP.
Diana Torres, hija del otro reportero, aseguró que su padre “nunca necesitó una palabra para transmitir su arte, su sensibilidad”.
“Fueron millones de capturas, disparos uno a uno y ráfagas, esas que sí deben existir, y de fotografías que hicieron parte de su labor y de su vida cotidiana y familiar (…) En nuestra familia, Jorge Enrique Torres Navas también creó nuestra realidad con su luz. Fue y seguirá siendo el eje de nuestro hogar, nuestro lugar seguro”, agregó la hija del reportero.
