La mesa tripartita que negocia el salario mínimo para 2026 cerró este 15 de diciembre de 2025 sin consenso entre centrales obreras y gremios empresariales, por lo que el proceso entra en la fase prevista para cuando no hay concertación: sustentos por escrito y, si no se logra un punto medio, una decisión final por decreto

Las cifras que separan a las partes

El pulso se mantiene en torno a dos propuestas muy distantes: los trabajadores llegaron con una petición del 16%, mientras los empleadores plantearon 7,21%. En plata, eso implicaría, según los cálculos divulgados en la discusión, pasar a un mínimo cercano a $1,65 millones (más auxilio de transporte) en el escenario sindical, o a alrededor de $1,52 millones (más transporte) en la propuesta empresarial. 

Qué dice el calendario y por qué el 30 de diciembre es clave

La ruta está amarrada a la Ley 278 de 1996: si no hay acuerdo a más tardar el 15 de diciembre, las partes deben dejar por escrito sus salvedades dentro de las 48 horas siguientes; luego deben estudiar esas observaciones y volver a reunirse para intentar consenso antes del 30 de diciembre. Si no ocurre, el Ejecutivo fija el incremento mediante decreto. 

En paralelo, el cronograma público de diciembre contempla revisión técnica y la posibilidad de sesiones extraordinarias en la recta final. 

Los datos que pesan en la decisión

En términos técnicos, dos referencias marcan el “piso” de la discusión: la inflación anual de noviembre (5,30%) y la productividad total de los factores (0,91%, con corte al III trimestre, cifras preliminares). Con esos números, el punto de partida “técnico” se acerca al 6%–7%, aunque la fijación final también incorpora otros criterios (actividad económica, ingreso nacional, entre otros) y el componente social que debe motivarse en el decreto.

Qué se juega (más allá de quienes ganan el mínimo)

Aunque el salario mínimo aplica directamente a millones de trabajadores, su definición impacta costos laborales, negociaciones salariales en otros rangos y expectativas de precios. En Colombia, además, la cifra funciona como referencia económica amplia, por lo que el resultado suele tener efectos que se sienten más allá del mercado formal.

Por ahora, el país queda a la espera de si el Gobierno logra acercar posiciones en los próximos días o si, como ha pasado en años recientes, el ajuste termina saliendo por decreto antes de fin de mes.

 

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