La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) afirmó que todos los arsenales declarados de estos agentes tóxicos habían sido “irreversiblemente destruidos” después de que Estados Unidos anunciara haberse deshecho de sus últimas reservas.
Esta entidad, con sede en La Haya, (Países Bajos) aseguró que la medida tomada por Estados Unidos significa que “todas las existencias declaradas de armas químicas (fueron) verificadas como irreversiblemente destruidas”.
Pocos minutos antes del anuncio de la OPAQ, Estados Unidos anunció que completó la destrucción de sus últimas reservas de armas químicas, un importante hito a escala mundial que marca que ningún estado cuenta con arsenales declarados de este tipo.
El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, había anunciado este viernes que el depósito “Blue Grass”, una instalación militar en el estado de Kentucky (centro este), recientemente terminó de deshacerse de unas 500 toneladas de agentes químicos letales luego de una misión que duró cuatro años.
Estas reservas eran las últimas en poder de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que por décadas almacenó proyectiles de artillería y cohetes que contenían gas mostaza, así como agentes nerviosos y vesicantes extremadamente tóxicos como VX y sarín.
Promesa cumplida
Armas como estas fueron ampliamente condenadas luego de su uso con terribles resultados en el campo de batalla de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, muchos países las guardaron y desarrollaron más en los años siguientes.
La Convención sobre Armas Químicas, que se acordó en 1993 y entró en vigencia en 1997, le dio a Estados Unidos hasta septiembre de este año para destruir toda su munición con agentes químicos.
Según la Asociación para el Control de Armas de Estados Unidos, en 1990 el país almacenaba cerca de 28.600 toneladas de armas químicas, el segundo inventario más grande del mundo después de Rusia.
Con el declive de la Guerra Fría las superpotencias y otros países se unieron para negociar la Convención sobre las Armas Químicas.
“Una mancha indeleble”
Eliminar el inventario, en todo caso, es doblemente peligroso porque implica neutralizar no solo los agentes químicos sino contener el poder de las municiones que los contienen. A ello se debe que el desarme sea un proceso tan lento.
Rusia concluyó la destrucción de su arsenal declarado en 2017. En abril de 2022, Estados Unidos estaba a menos de 600 toneladas de la meta cero.
“Rusia y Siria deben cumplir una vez más con la Convención y reconocer sus programas no declarados, que han sido utilizados para cometer atrocidades y atentados infames”, reclamó el presidente estadounidense.