Desde el pasado sábado, una serie de movilizaciones de gran envergadura han sacudido varias regiones de Colombia, con un grupo significativo de campesinos y excombatientes de las FARC ocupando las instalaciones del Ministerio de Agricultura en Bogotá. Las protestas también se han extendido a otros departamentos del país, como Antioquia, Risaralda, Valle del Cauca, Bolívar y Sucre, en un esfuerzo por presionar al Gobierno Nacional a cumplir con los compromisos establecidos en el acuerdo de paz firmado en 2016.

Humberto Ballesteros, vicepresidente de la Federación Sindical Agropecuaria y miembro de la Coordinadora “Somos Tierra”, explicó en diálogo con RCN Radio que las movilizaciones buscan visibilizar las demandas de las comunidades rurales, especialmente en relación con la implementación de la Reforma Rural Integral y otros puntos cruciales del acuerdo de paz. Según Ballesteros, las movilizaciones tienen como objetivo exigir avances concretos en el cumplimiento de los compromisos pactados con las comunidades campesinas, muchas de las cuales siguen esperando respuestas después de años de promesas incumplidas.

Exigen cumplimiento de acuerdos de paz y garantías para las comunidades rurales

“Nos encontramos en simultáneo en la sede del Ministerio de Agricultura y en departamentos como Antioquia, Risaralda, Valle del Cauca, Bolívar, Sucre, entre otros”, señaló el dirigente campesino, quien recalcó que las acciones incluyen bloqueos de vías y ocupaciones de predios administrados por la Sociedad de Activos Especiales (SAE). Estos predios, que son propiedad del Estado, han sido objeto de controversia debido a su potencial para beneficiar a las comunidades rurales, que demandan su distribución y uso adecuado.

Ballesteros subrayó que las movilizaciones no solo buscan visibilizar la situación de las comunidades rurales, sino también presionar al Gobierno para que cumpla con las obligaciones estipuladas en el acuerdo de paz, especialmente en cuanto a la reforma agraria, la soberanía alimentaria y la participación política de las comunidades campesinas e indígenas. “Hemos presentado un pliego con solicitudes en temas de tierras, bienes de la SAE, soberanía alimentaria, participación política, derechos humanos y mujeres campesinas, indígenas y negras, pero no hemos recibido respuesta desde que lo radicamos en septiembre”, explicó Ballesteros.

Llamado a la atención del Gobierno y de la comunidad internacional

El dirigente campesino también hizo un llamado a la comunidad internacional para que se mantenga atenta a la situación en Colombia, señalando que las movilizaciones son una expresión del descontento y la frustración de los campesinos ante la falta de avances en la implementación de los acuerdos de paz. “Nuestro llamado siempre ha sido que se atienda a las comunidades, que son las beneficiarias directas de la implementación del acuerdo de paz. No se puede seguir postergando la materialización de estos compromisos en hechos concretos”, afirmó Ballesteros.

En paralelo a las ocupaciones y bloqueos, las organizaciones campesinas han iniciado mesas de diálogo con representantes del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, con la esperanza de llegar a un acuerdo sobre la metodología y la composición de una mesa técnica que permita resolver las demandas de las comunidades rurales. Sin embargo, Ballesteros destacó que la permanencia de los campesinos en las instalaciones del Ministerio de Agricultura dependerá de las respuestas concretas que el Gobierno ofrezca en estas negociaciones.

El futuro de las movilizaciones y la esperanza de cambios concretos

Aunque la situación sigue siendo tensa, las organizaciones campesinas mantienen la esperanza de que las movilizaciones sirvan como un catalizador para lograr las transformaciones necesarias en las políticas rurales del país. “Estamos apenas iniciando la discusión sobre la metodología y composición de la mesa técnica. Nuestro anhelo es que se cumpla con las transformaciones prometidas, pues nuestros derechos y la vida de muchos dependen de ello”, concluyó Ballesteros.

Las movilizaciones continúan en varios puntos del país, mientras las comunidades campesinas esperan respuestas que concreten las propuestas de cambio y justicia social planteadas en el acuerdo de paz. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si el Gobierno logra cumplir con los compromisos adquiridos, o si las tensiones seguirán escalando en un contexto ya marcado por la incertidumbre sobre el cumplimiento de los acuerdos de paz en Colombia.

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