La secretaria estadounidense considera que Colombia y Estados Unidos “pueden ser líderes” en seguridad regional y controles migratorios, y atraer a otros países para realizar “un esfuerzo cooperativo para abordar las preocupaciones de seguridad que todos compartimos”.

“Estamos comprometidos a trabajar mano a mano con nuestros socios colombianos para mejorar no sólo la seguridad fronteriza sino también para apoyar la aplicación de nuestras leyes de inmigración y penales”, detalló la secretaria de Seguridad tras el encuentro con Sarabia.

Por su parte, la canciller colombiana manifestó que con Noem tuvo “un diálogo abierto, franco y productivo” y “fruto de esta reunión y del diálogo continuo entre las autoridades de ambos países” firmaron la carta de intenciones “para fortalecer la cooperación en materia de información migratoria”.

Relación firme

La visita de la secretaria estadounidense a Colombia, como parte de una gira latinoamericana que comenzó ayer en El Salvador y terminará este viernes en México, apunta a la normalización de las relaciones tras la crisis diplomática del pasado 26 de enero justamente por diferencias de Petro con Trump por el trato recibido por los colombianos deportados de EE.UU.

El problema fue zanjado ese mismo día, lo que evitó que Washington impusiera aranceles del 25 % a los productos colombianos y sanciones migratorias a miembros del Gobierno, como llegó a amenazar Trump.

La relación con Estados Unidos es vital para Colombia pues ese país es su principal socio comercial y un aliado fundamental en su lucha contra las drogas.

Colombia está a la espera de que Estados Unidos la certifique por su lucha contra el narcotráfico, una aprobación que el Departamento de Estado emite cada año para los países que tienen problemas con el tráfico de drogas y el lavado de activos, entre otros ilícitos.

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